Tras leer un artículo en el periódico El Mundo que se titula "Ahora mandan ellas", me surgen una serie de ideas al respecto. Empecemos con datos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) a 1 de Enero de 2015 hay en España 23.619.089 mujeres, lo que suponen el 51% de la población total.
A pesar de que el porcentaje de mujeres es mayor, en la sociedad seguimos ocupando distinto porcentaje de poder. Como podemos leer en el artículo "el 35,57% de las concejalías que hay en España están dirigidas por una
mujer desde las elecciones municipales del pasado 24 de mayo. El 19% de
los ayuntamientos, también. Hace una década el porcentaje de alcaldesas
era apenas del 6,5% y había 9.300 concejalas por 47.237 concejales (un
16,45% de mujeres)". Son datos alentadores realmente, pero no del todo, como dice Matilde Alonso las mujeres llegan al poder "por las puertas entreabiertas de la política".
En la Administración pública las cifras también cantan, según el Instituto de la Mujer, solo el 30,77% son Ministras, el 26,67% son Secretarias de Estado, el 32,81% Subsecretarias, 31,48% Directoras Generales, en ningún caso nos acercamos al 40%, que sería lo deseable para que fuera un gobierno paritario (Ley de Igualdad: no pueden tener menos de un 40% ni más de un 60% de miembros del mismo sexo). Y en Educación de nuevo cifras extrañas, las mujeres en las universidades suponen el 62% del alumnado, pero sólo un 40% llega
a doctorarse. Menos de un 12% culmina la carrera como catedrática.
Las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), estimó que las mujeres tardarémos 80 años para lograr la igualdad entre hombres y mujeres en el mundo, esto a pesar de los esfuerzos de los países para lograr avances en la materia.
Me gusta mucho la apreciación de María Duran en el artículo en el que vincula las nuevas maneras de determinadas políticas por su pasado en los
movimientos sociales. "Ahí siempre habían estado las mujeres, pero
cuando ese movimiento se trasladaba al trabajo político nunca se
conseguía convertir en cuotas de poder importante". Efectivamente las mujeres hemos venido convenciendo desde los movimientos sociales, desde el voluntariado, porque siempre hemos defendido que las organizaciones, los movimientos sociales también hacen política.
Está claro las mujeres tenemos todavía muy poca presencia en todos los grandes centros de decisión y por ello tenemos que fijarnos un objetivo claro, todos y todas debemos trabajar para compartir el poder, el empleo, las
tareas sociales y domésticas y para ello es preciso un cambio profundo de mentalidades.
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