Anoche estuve cenando con unas amigas, sus maridos e hijos en un chino. Bueno realmente en "el chino" porque parece que no conocemos otro. Pero hablándoles de que me había creado este blog para contar de todo un poco, las dije que hablaría también de ellas. No se lo creyeron. Menuda sorpresa se van a llevar cuando las mande el enlace al blog.
Mis amigas son muy especiales, son como el día y la noche, como la sal y el azúcar, son superdistintas y aún así se llevan fenomenal. Son buena gente.
Mi relación con ellas comenzó poco a poco, nuestro hijos van juntos al cole pero a pesar de eso no ha sido hasta hace 2 o 3 años que hemos comenzado a "ser amigas", y tenemos muy buen rollo. Una es la histérica, es tremenda, habla mucho, muchíiiiiisimo, y deprisa como si no quisiera que se la olvidara nada y la otra es la pachorra, pura calma, no tiene prisa por nada, la vida es bella para ella. Son estupendas, me río mucho con ellas, y como dice mi jefe "las amigas que ríen unidas permanecen unidas".
Este verano estuvimos juntas de vacaciones en Cádiz, y ha sido un verano estupendo, tan estupendo que la histérica anoche me decía que cuando organizábamos el siguiente verano, nos tronchábamos de risa, no hemos empezado casi a currar y ya está pensando en el verano.
Bueno ya os iré contando más cosas de ellas, porque de verdad, a veces no tienen desperdicio.
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