5 de mayo de 2009

Mi "jefa" se jubila



A CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR

No detrás, sino al lado de una gran mujer, siempre hay un hombre comprensivo, inteligente, paciente, amoroso, progresista. En el caso de Patro, ese hombre ha sido César.

César ha estado públicamente en segundo plano en lo que a Patro se refiere. Su respeto mutuo es tan grande que cada uno ha hecho por separado lo que tenía que hacer y el tiempo que quería hacerlo, para luego confluir en un mar de ideas, que como oleadas, bañaban a los dos juntos en una comunión intelectual, en el baño de una pareja especial que se retroalimenta de las gotas saladas del otro.

He tenido el honor de trabajar con los dos. Con César en Cruz Roja y con Patro en la Federación de Mujeres Progresistas y en el Ayuntamiento de Madrid. Ambos son dos figuras de primera magnitud, no sólo en el sentido laboral sino también en el personal, que he tenido la oportunidad de compartir, y en el que me encontré con otra figura entrañable como era “la Felipa”, la querida y siempre añorada madre de Patro.

Han sido muchos los días de ir a la casa de ambos para trabajar con Patro. Muchos días de café y ordenador que Felipa animaba de vez en cuando con aquella forma amable de hacerte sentir en tu casa.

A Patro no le han comprendido muchas personas a la hora de trabajar pero es que había que tener otro “chip” en el cerebro para acostumbrarte a su modo desbordante y un poco caótico de pensar. He vivido sus despistes: “Rosita, ponme al habla con una persona que no se cómo se llama y que no tengo su teléfono” . Yo indagaba hasta que daba con esa persona. “Rosita que no tengo el carnet de identidad y no sé dónde lo he perdido”… Y al día siguiente Patro volvía a estar documentada.

Tampoco me llamaban la atención sus encargos de llamar a César, con el que vivía, para citarle a cenar tal día a tal hora… Así era su vida, dedicada plenamente a su trabajo y haciendo esfuerzos por conciliar el amor a su familia.

La he llegado a ver haciendo un discurso y tomando notas para un trabajo que nada tenía que ver con lo que estaba diciendo. Su capacidad es asombrosa. Su despiste famoso. Pero sobre todo, nadie de este país puede ignorar su aportación a los movimientos sociales, al feminismo, al trabajo social. Hoy día sus libros se estudian en las Universidades, pero siempre me queda la amargura del poco reconocimiento público que ha tenido a pesar de su servicio a la causa socialista y progresista.

Alucina realmente su anticipación, su visión del futuro en el presente. Cuando nadie sabía por dónde iban a ir los caminos del feminismo, ella inspiró y creó, junto con las asociaciones de mujeres, el Nuevo Contrato Social Mujeres-Hombres que ha sido la piedra angular sobre la que se ha trabajado estos años tanto dentro como fuera de España. A ella la oí por primera vez hablar del IV pilar del Estado de Bienestar.

Y encima, ha tenido la gran suerte de estar acompañada por un hombre que la quiere, que la admira, que la respeta y que le deje ese espacio vital que toda persona creadora, como ella, necesita. Patro ha tenido una infancia y juventud difíciles, una madurez con recompensas y creo que le espera, por el bien de todos nosotros y nosotras, una jubilación en la que ¡ojo! podemos encontrar cualquier genialidad que no esperamos y que inspirará a muchas personas en los siguientes años, en las siguientes décadas. Yo por si acaso la voy a seguir de cerca. Gracias Patro por estar ahí. Gracias César por ser como eres. Gracias Felipa, porque, desde donde estés, seguirás orgullosa de tu hija, como lo estamos todos nosotros.


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